"Si me quedo con algo, me quedo con la amistad"

El próximo 30 de junio de 1996 hará 25 años que el Juvenil del FC Barcelona ganó la Copa del Rey, ante el Real Madrid y en un gran estadio como La Romareda. Un partido televisado y que tres de sus protagonistas han querido recordar.

Xevi Molist, Jordi Ferrón y Felip Ortiz, miembros de la Agrupación y exjugadores del Barça, pudieron dejar la virtualidad y reencontrarse en el Museo del FC Barcelona para conmemorar la consecución de la Copa del Rey Juvenil 1996, para todos ellos un título muy especial, repleto de experiencias personales.

La importancia de los recuerdos

Jordi Ferrón, el entonces capitán del equipo, que venció en la final por 4 goles a 2 al Madrid, en la final de Copa; recuerda lo bonito que es poder conservar todos aquellos momentos en fotografías. "Mis padres tienen un álbum fotográfico espectacular desde que empecé a jugar en el torneo social. Y siempre es bonito tener estos recuerdos, porque sí lo tienes en la memoria, pero de vez en cuando necesitas quizá visualizarlos de nuevo para volver a sentirlos. Ya que, gracias a ello, vas recordando cosas que seguramente si no tuvieras estos documentos quedarían en el olvido ", asegura.

Xevi Molist que es directivo de la Agrupació- actuó de delantero titular en aquella final, y en la línea de Ferrón expone la importancia de los recuerdos: "Yo tengo una foto con Felipe Ortiz y con Marc Bernaus, también con la Copa los tres, y esta la tengo guardada para siempre. Al final, estas son fotos que te quedan y cuando las vuelvas a ver puedes decir: ostras, ¡lo que logramos! ”.

Un momento memorable

Aquella temporada 1995-96 recuerda Molist que fue muy especial: "fue una época muy buena por que nos juntamos entrenando gente del Juvenil A, del Barça C y del Barça B, y que al final eran, en teoría, los mejores de la generación". Añade que la oportunidad de competir en una Copa del Rey Juvenil era única, tanto por la opción de competir por el título, así como por el hecho de hacerlo con los amigos que tenían y conocían de La Masia ".

Felipe Ortiz, el portero del equipo, no olvidará nunca lo que supuso aquel evento "Imaginaos juveniles, una edad súper bonita y poder ganar al Madrid". Sin embargo, lo que hizo también memorable toda aquella experiencia fue el equipo que había detrás "a nivel futbolístico, teníamos un entrenador, Martín Vilaseca, que yo creo que nos ha marcado bastante, y a nivel grupal todavía conservamos las amistades, y eso es lo más bonito del fútbol ".

Además, el escenario también lo valía. Ortiz recuerda, con melancolía el trayecto hacia el estadio del Zaragoza. “Recuerdo que siempre me quedaba atrás con Puyol, siempre escuchando con los walkmans Sopa de Cabra y Lax'n'Busto. La llegada a la Romareda fue muy bonita porque estaban todos los padres, familiares y veías pues que aquello iba en serio ". A todo esto, hay que añadir que para las televisiones también se trataba de un gran evento. Hasta antes de la llegada de los 2000 ver fútbol televisado en abierto, era algo inusual y cuando se daba el caso, eran grandes eventos los que se reproducían. Aquel clásico de Copa Juvenil fue televisado por el canal nacional. Rememora Ortiz que aquel hecho añadía cierta presión, ya que "te veían tus amigos, y parecía que no, pero llevabas aún más peso, por qué ¿y si pierdo contra el Madrid?".

El camino es momentáneo, las amistades permanentes

El paso de un futbolista por un club no puede prolongarse para siempre. Como explica Jordi Ferrón "para llegar aquí has ​​tenido que subir muchos escalones y muchos momentos difíciles de compañeros con los que has convivido años y temporadas, y que llega un momento que te dicen tú continúas y tú no. Y no es fácil cuando eres joven. A nosotros nos pasó cuando éramos más grandes. Dejar el Barça siempre es difícil. Pero evidentemente entendemos que el Barça, sólo pueden estar los mejores ". Sin embargo, de estos años más duros siempre se solidifican grandes momentos y amistades, como es el caso de Ortiz, Ferrón y Molist. Este último explica que "hace más 25 años que somos amigos y al final es lo que queda del fútbol realmente. Te quedarán los títulos también, pero si me quedo con algo, me quedo con la amistad. Porque tal vez hace un mes que no nos hablamos, pero cuando nos volvemos a ver parece como si no hubiera pasado ni un día ".