Tente Sánchez: “Hay un antes y un después de Basilea”

Tente Sánchez: “Hay un antes y un después de Basilea”

Una Liga, dos Recopas, tres Copas del Rey, copas de La Liga, Supercopas y la final de Sevilla, contra la Steaua, de la que se apresura a decir que él no estuvo.

Jose Vicente “Tente” Sánchez hizo carrera en el Barça, donde llegó a su fútbol base en el 72 procedente del Artiguenc y de donde se marchó en el 86 hacia el Murcia para acabar su carrera deportiva en el Sabadell. Catorce años que reiniciaron su relación con el club gracias a la Agrupación Barça Jugadores. Que tenía muy poco a ver con la actual.

“Bien, con alguna gente sí. Con Alfonseda, por ejemplo. Pero era otra historia. En aquellos años era una agrupación modesta que vivía de los socios y simpatizantes de la misma asociación. Que pagaban el carné una vez al año. Y de los partidos que hacíamos los veteranos yendo de aquí allá, renunciando a los fines de semana para juntar quince o veinte mil pesetas. Eso sí, eran todas para la Agrupación. Si querías un café, te lo pagabas. Las mujeres no venían casi nunca. Quizás a algun partido de vez en cuando... Era todo mucho más romántico que ahora pero también es verdad que sólo daba para los que habían jugado en el primer equipo y su familia más cercana. No daba para más. Y tirábamos mucho de los contactos que un club como este magnifica. Para encontrar trabajo, buscar un médico o un dentista, para los geriátricos... Joan Rovira era un máquina haciendo esto. Decir que eres del Barça, que venías de los veteranos, te abría muchas puertas, te conseguía descuentos, puestos de trabajo, incluso visitas gratuitas al médico. El Barça es muy grande. Es verdad que entonces el club no nos daba ni un duro, pero con esta marca por detrás era suficiente”.

Parece que lo eche de menos... ¿Se siente nostálgico?
Fue muy guapo y lo recuerdo con aprecio pero no te puedes quedar en el pasado. Los tiempos te pasan por encima. Las cosas evolucionan y te tienes que adaptar. No puedes vivir como hace treinta años. 

Todo cambia. También la Agrupación se ha hecho grande.
Es verdad que ahora la estructura es mucho más grande porque el presupuesto también lo es gracias al club y al fútbol profesional. Llegamos mucho más allá. Si un alevín que haya jugado un partido al Barça tiene un problema, puede contar con nosotros, puede ser socio de la Agrupación. Ya es un veterano nuestro y tiene derecho a nuestro apoyo. Él y su familia. Lo miramos, lo estudiamos y decidimos si podemos ayudar. En cualquier ámbito. Es una gran familia. Y un lujo poder participar.

Lo hace como Vicepresidente.
Si, económico. Soy el “pagano”. ¡Eso sí!,  con las firmas del presidente y de Joaquim Hernández, el tesorero. Y también estoy en el área social. Hay mucho trabajo. Pero el regreso es magnífico. Lo más importante es el significado de la Agrupación. Encaramos los problemas que tienen los compañeros, sus familias, sus mujeres... Hay casos extremos… se analiza y se ayuda. Por eso tiene que existir. 

Como jugador, ¿Lo más grande que vivió fue la final de Basilea? Donde, por cierto, marcó el primer gol...
Hay un antes y uno después de Basilea. Pero no sólo de aquella final. Fueron las eliminatorias donde sufrimos muchísimo. Creo que todo contribuyó para hacer de la final un día bastante especial.
Para llegar tuvimos que eliminar el Anderlecht, que tenía mejor equipo que nosotros y que a la ida nos ganó tres a cero. Además, fue un partido y un viaje muy hostiles. Los jugadores belgas no se portaron bien. Y tampoco la policía belga. Quizás por eso la gente de aquí iba sobrecalentada. Recuerdo que los belgas no pudieron ni entrenar porque nuestros seguidores los molestaban. Y el ambiente del estadio aquel día fue excepcional. Los pudo. Parecía imposible. Pero esto es el fútbol. Sin aquel ambiente no hubiéramos llegado a Basilea.

Y Basilea...
La comunión con la afición fue excepcional. Yo no lo había visto nunca y nunca lo he vuelto a ver. Nunca se había visto un desplazamiento de forofos igual en Europa. Ni un ambiente de fiesta tan grande. Fue una maravilla. Cómo sería que, cuando acabó el partido, picaron a la puerta y entró en medio de nuestra fiesta... ¡El presidente del Real Madrid!
Luis de Carlos había ido al partido como representante de la Federación Española y nos vino a felicitar. Nos quedamos de piedra, pero se lo agradecimos muchísimo. Fue un gesto extraordinario, de un gran deportista. El deporte debería ser así.

 

Força Barça
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