“Tito era una persona absolutamente normal, una cualidad que actualmente en el fútbol escasea”
El 25 de abril del 2014 fue un día trágico para el barcelonismo y para todo el mundo del fútbol: un tumor maligno ponía fin, con tan sólo 45 años, a la vida de Tito Vilanova, entrenador unos meses atrás del primer equipo. Hoy en las portadas será recordado como el técnico de la Liga de los 100 puntos, pero los que lo compartieron vida con él son conocedores de la influencia que ha tenido en sus vidas más allá de unos números y una popularidad que nunca buscó. Jordi Roura, amigo, segundo entrenador de Tito durante se tiempo en el banquillo azulgrana y socio de la Agrupación de Jugadores del FC Barcelona, explica cómo era su fuerte amistad.
Todo empieza con “Els Golafres” (“Los Glotones”): unos jóvenes jugadores de La Masia que se reunían para comer productos catalanes importados de sus pueblos mientras hablaban sobre fútbol. Así se conocieron Tito Vilanova, de Bellcaire d’Empordà, y Jordi Roura, original de Llagostera: “Todos nosotros estábamos locos por el fútbol. Él veía muchísimos partidos, le gustaba verlos… Era muy estudioso”. Lo conocían como “El Marqués” “porque era muy perfeccionista y le gustaba vestir siempre arreglado” – dice Roura con una sonrisa.
“Els Golafres” dirigiendo el primer equipo
“Cercano, afable, directo y auténtico. Cuando decía algo, lo cumplía”. Así es como Tito se ganó el respeto y el cariño de todo el mundo. También en la temporada 2012-2013, cuando cogió el cargo de entrenador del primer equipo. Roura fue el segundo de quien “era como un hermano”. La base de su éxito en la vida, según él, es que “era una persona absolutamente normal, una calidad que en el fútbol actualmente escasea”.
El objetivo no era nada fácil, tenía que seguir escribiendo éxitos en el capítulo más dorado de la historia del Club. Tampoco lo era el crecimiento en popularidad: “no llevaba muy bien la fama. Él disfrutaba exclusivamente del fútbol”. Suerte que compartía el reto con los amigos de toda la vida. Según Roura, “fue uno de los aspectos diferenciales. Compartíamos el conocimiento y el sentimiento de esta casa. […] Siempre le dijimos lo que le teníamos que decir cuando se lo teníamos que decir. A veces le parecía bien y otras no, pero esta es la grandeza de la amistad”. Una frase resume el paso de Tito Vilanova por el banquillo azulgrana: “Todo iba bien menos lo que tenía que ir bien” – sentencia Roura.
Los días grises y la lección de vida más valiosa
Aunque realizó unas pruebas médicas en la pretemporada, Tito Vilanova recayó del tumor maligno que sufrió en el 2012. Así pues, Jordi Roura cumplió las funciones de primer entrenador sobre el césped durante cuatro meses, una situación incómoda: “A la presión y la exigencia se añadía el tema personal. Yo sabía que él estaba luchando por su vida. Fue una situación absolutamente anómala que espero que no pase nunca más”.
El desenlace fue muy duro, pero a la vez le regaló una lección de vida: “desde que sucedió todo esto, afronto las cosas con otro enfoque. Las cosas tienen una importancia relativa y el fútbol sólo es fútbol”. Ahora se centra en disfrutar de las pequeñas cosas y, de vez en cuando, de compartir comida y una larga sobremesa con “Els Golafres” con Tito en su recuerdo.
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