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Tejada: “Soy el único que ha jugado con los cuatro húngaros”

Pere Escobar entrevista a Justo Tejada, exjugador del FC Barcelona

“¡Soy el único que ha jugado con los cuatro húngaros!” Lo dice Justo Tejada, ochenta y siete años, miembro del Barça de las cinco copas y compañero y amigo de Ladislao Kubala y Alfredo Di Stéfano. Hace referencia a Kubala, Puskas, Czibor y Kocsis, los cuatro húngaros que aterrizaron en el fútbol español en la década de los cincuenta aportando un estilo que entonces maravillaba al mundo. Tejada jugó con ellos. Como lo hizo Di Stéfano, la otra maravilla de la época que también cambió el fútbol: “Sobre todo Laszi y Alfredo. El primero con sus lanzamientos de falta. Hasta entonces eran unos disparos que salían rectos e intentaban superar el portero que era el último obstáculo. Con Laszi los lanzamientos cogían efecto, la línea ya no era tan recta y miraba de saltar el balón por encima de la barrera. Con aquellas pelotas y aquellas botas que llevábamos era casi imposible. Pero también eso cambió. Cuando llegaron ellos el balón pesaba medio kilo y las botas eran muy rígidas, con unos tacos…Ellos hicieron que todo cambiara. Y Di Stéfano…era el fútbol total. Igual te lo encontrabas sacando un balón bajo palos que en la misma jugada, llegaba al remate. “Recuerdo que cuando yo estaba en el Madrid, coincidí con un brasileño que querí jugar la pelota, sobarla… y Alfedo le decía que allí se tenía que correr, que nada de pastar. ¡Pobre el que no lo hiciera con él en el equipo!”.

Justo está mucho más animado. Hace un mes y medio sufrió un susto del que ya se ha recuperado casi totalmente. De hecho, ya piensa “en volver al gimnasio cuando llegue el buen tiempo”. No va mucho al estadio porque “mi mujer y yo nos hemos hecho mayores y lo vemos desde casa, pero volveré”. Y tiene unas ganas locas de volver a pasar por la Agrupación: “son admirables, maravillosos, me gusta mucho ir allí. Me encuentro con otros compañeros y recordamos viejos tiempos”.

Del fútbol de ahora también hablaremos, seguro, pero no se atreve a compara calidades ni equipos. A pesar de haber formado parte del Barça de las cinco copas, una de las mejores plantillas del Club en toda su historia.

“Es que es imposible. Todo ha cambiado mucho. Ahora son hiperprofesionales. Nosotros no teníamos esa ansia por el dinero. Jugábamos y nos divertíamos. Es verdad que, incluso, a veces había quién se divertía demasiado, pero a la hora de jugar hicimos un gran equipo con personas excepcionales, diferentes…era otro mundo. Piensa que ahora ellos tienen un avión para ir dónde sea. Nosotros, si jugábamos en La Coruña o Vigo, salíamos el jueves y volvíamos el martes. ¡Íbamos en tren! Yo tuve mucha suerte, coincidí con gente irrepetible y yo, como muchos, aprendimos muchísimo”.

Justo Tejada empezó jugando en el Europa y con tan sólo diecisiete años lo fichó el Barça por deseo explícito de Daucik. “Es verdad, el club me llevó al Amateur pero Daucik me subió al primer equipo. Soy el único jugador que queda que lo haya tenido de entrenador”.

¿Era un buen entrenador?

Era una persona extraordinaria, pero quien hacía de entrenador era Kubala, que era su cuñado.

Para usted, ¿quién ha sido el mejor entrenador que ha tenido en su carrera?

Sin ningún tipo de duda, Helenio Herrera. Todo el mundo le llamaba ‘El Mago’ porque iba 15 años por delante del resto. Era un genio. Sabía mucho de fútbol y, además, era un gran psicólogo. Con él en el banquillo, el Barça vivió dos temporadas inolvidables.

Jugó dos finales de Copa de Europa con dos equipos…

Una con el Barça y la otra con el Real Madrid. Con el Barcelona, en Berna, el año 1961, tuvimos muy mala suerte, fue una final increíble, desgraciada. Mandamos muchos balones al larguero, que en aquellos tiempos eran cuadrados y a raíz de esa final los cambiaron por redondos…Con el Real Madrid, el año siguiente, también la perdimos, en Ámsterdam. Yo mismo mandé un balón al palo…También tuvimos muy mala suerte.

Empezó en las filas del Europa, jugó en el Barça, en el Real Madrid, en el Espanyol… ¿Cuál es su club?

Me he sentido querido en todos ellos, pero el Barça fue el club más importante en mi carrera, dónde jugué más años. Me echaron después de la final de Berna y tuve que seguir mi carrera. Aún tenía mucho fútbol.

Marcó el segundo gol en el Camp Nou. ¿Lo recuerda?

Claro. Fue el 24 de septiembre de 1957, contra un equipo polaco. Eulogio Martínez marcó el primer gol y yo tuve el honor de hacer el segundo, de cabeza. Ganamos 4-2. Fue un día muy especial y nunca podré olvidar jugar en aquel campo aquel día. Es imposible olvidarlo.

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